Hoy voy a hablaros de esta salsa. Justo ayer una compañera del trabajo me preguntó cómo la hacía yo, y esta es la receta que le pasé.
Para 300 gr de bechamel.
Tiempo: unos 20 minutos.
Ingredientes:
– 25 g de mantequilla
– 25 g de maizena
– 300 ml de leche
– una pizca de nuez moscada
– sal
– pimienta molida
Preparación:
Derretir la mantequilla a fuego lento en una cacerola.
Añadir los 25 g de maizena poco a poco y remover con una cuchara de madera, hasta que la mezcla tenga una textura suave.
Añadir poco a poco la leche sin dejar de remover con las barillas.
Cocer la mezcla hasta que conseguir una salsa espesa.
Salpimentar al gusto y añadir la nuez moscada y remover bien.
Seguir removiendo hasta conseguir la consistencia deseada.
Si quedara demasiado espesa, añadir un poco más de leche para diluir.
Creo que lo más importante, a parte de respetar las cantidades y los tiempos, es el fuego al que preparamos la salsa. Un fuego demasiado fuerte hace que en primer lugar se nos pueda quemar la harina y también que la leche se evapore antes de lo conveniente y la salsa se espese demasiado pronto, dejando los típicos grumos. Así que, a fuego lento y mucha paciencia.
Otra compañera del trabajo, nos comentó que ella la prepara con una base de cebolla, con harina de trigo y la leche caliente.
El toque indispensable, para mi gusto, lo da la nuez moscada, aunque reconozco que hay personas a las que le molesta ese sabor. Una amiga me comentó una vez, que ella le daba un toque de color y sabor con pimentón dulce.
Para todos los gustos, ¿verdad?